
En realidad mi cámara no tiene apenas zoom así que realmente le saqué la foto desde bien cerca. A pesar de ser Aries, no caigo tan bien a las cabras montesas como para pedirles que posen a dos metros, si no fuera por el hecho de que lo que para mí es el cristal de la ventana, para ellas no es más que un espejo en el que ven un ser bastante parecido a ellos y que no parece muy amenazante. Parece ser que es común verlas rondando los días de fuerte viento, resguardandose a salvo junto a la extraña pared.
Es impresionante tenerlas ahí cerca durante un buen rato, totalmente en su salsa y poder observarlas y sacarles algunas fotos. A continuación voy a poner algunas de las que saqué...

Hola!!! ¿¿A que no imaginas quién hay detrás del espejo??

De cuepo entero.
Por un momento me sentí como un reportero del National Geographic. La última vez que tuve a uno de estos animalitos tan cerca, no fue tan placentero... si no que se lo pregunten a Boina que vio los cuernos del animal bien cerquita....
Ahora quedan 30 minutos para que comience mi tiempo de observación, y el viento sigue fastidiando. Veremos que se puede hacer...
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