10 diciembre 2008
Habemus casa
05 diciembre 2008
Al otro lado del mundo
Foto de la zona de Las Condes donde habitamos temporalmente. Crédito: Astrid
De momento sólo decir que el domingo pasado salimos de Tenerife y llegamos el lunes a Santiago. Esta semana está siendo bastante movidita, ya que tenemos que buscar en poco tiempo casa y posiblemente coche para poder desplazarnos con comodidad. Ya iré informando a medida que se vayan produciendo avances.
De momento decir que Santiago es una cuidad ¡enorme! me parece incluso más grande que Madrid, aunque la verdad es que tienen una extensión similar. Eso sí, está bastante más poblada con casi 6 millones de habitantes (en comparación con Madrid capital que según wikipedia tiene menos de 3.5 millones). Llama la atención la cantidad de contaminación que afecta a esta ciudad, lo cual se debe en parte a las condiciones geográficas y climatológicas y en otra parte debido al enorme parque automovilístico en Santiago.
Pero bueno, ya os daré más la lata, fotos y detalles. De momento aquí estamos... en el otro lado del mundo. No se nota tanto que estamos cabeza abajo... :)
31 julio 2008
Visita a Baviera (Garching bei München)
El fin de semana pasado, con motivo de una entrevista laboral a la que tuve que asistir en el Observatorio Europeo Austral, (ESO), tuve la oportunidad de visitar la ciudad de Munich (München en alemán) y un pueblecito cercano unos 15 km llamado Garching (bei München, que quiere decir "cerca de Munich" para diferenciarlo de otros Garching en Alemania).
El viaje fué relámpago, ya que llegué el jueves por la tarde y volví el sábado por la mañana, pero al menos tuve tiempo de visitar Munich el viernes por la tarde, después de la entrevista. El jueves por la mañana pude sacar algunas fotos de Garching que es un pueblecito de unos 15.000 habitantes y con una superficie de unos 28 km² (según reza la Wikipedia).
Durante mi estancia en Garching me alojé en el Hotel König Ludwig II, que tengo que decir que estaba pero que muy bien, y además quedaba justo pared con pared de la línea U6 del metro de Munich, en la plaza más céntrica del pueblo: Bürgerplatz. El hotel toma su nombre del excéntrico rey Luis II de Baviera, apodado "El Loco" que reinó desde 1864 hasta 1886. Luis II estuvo prometido por varios años con su prima Sofía, hermana menor de la emperatriz Sisi, aunque nunga llegarían a casarse. En su lugar, tuvo relaciones con varios hombres apuestos, en una época en la que tuvo que mantener su homosexualidad oculta.
Si ya llama la atención la cantidad de ancianos que hay en Europa en general, la verdad es que me sorprendió todavía más en un pueblecito como Garching. También puede ser que a las horas que yo salí a pasear (un viernes por la mañana) la mayoría de las personas que pululaban por la calle eran ancianas con andadores... pero aún así me llamó la atención. Como Garching es pequeño, lo recorrí rápidamente, os pongo alguna foto del ayuntamiento (que, todo hay que decirlo, parecía totalmente desierto) y del hotel vecino al Ludwig II, con unas instalaciones más rústicas.
A pesar de lo pequeño del pueblo, en Garching se encuentra uno de los centros de investigación más punteros del mundo. Además de ser sede de la ESO, también se encuentran en el campus varios institutos Max Planck como el de Astrofísica (MPA), el de Física extraterrestre (MPE), el de Física del Plasma (IPP) y el de Óptica cuántica (MPQ), o varias facultades de la universidad técnica de Munich. Aprovecho aquí para poner uno de los lemas de la Sociedad Max Planck, del cual deberíamos tomar nota en España: "Research for the Future"
O como rezan en su página web:
"Insight must precede application" Max Planck (1919).
Fotos(1):Fachada y entrada del hotel König Ludwig II; (2): Foto de Ludwig II, o Luis II; (3):Edificio del ayuntamiento de Garching; (4): Fachada del hotel Gasthof Neuwirt
Algunas fotos más en este álbum de Picasa.
11 noviembre 2007
Oxford 2007 (I)
Me surgió la ocasión de venir a trabajar con un compañero de mi supervisor de tesis y allí estuvimos por una semanita. Pero bueno, todo empezó una mañana de octubre (o más bien una noche). A eso de las 4 de la mañana sonó el despertador. A las cinco y cuarto estaba esperando la cola del Aerobus hasta el aeropuerto Giugliemo Marconi de Bologna. Por cierto, que casualidades de la vida allí me encontré a Roberto Ambrosini (también del instituto donde trabajo) y su señora que se iban para Madrid. Después de pasar el control de pasaporte embarqué en el vuelo de British Airways que nos llevó en poco más de dos horas a la terminal norte del aeropuesto de Gatwick. El vuelo fué bastante tranquilo... los Alpes, espectaculares desde las alturas, y por supuesto nada más entrar en territorio inglés apareció una capa de nubes bajo el avión, que tardamos varios minutos en atravesar durante el descenso hasta llegar a ver el siempre para mí llamativo verde de "la otra parte". Siempre me llaman la atención esos momentos en los que el avión está completamente dentro de la nube, parece que se pierde el contacto con el exterior porque se pierde toda referencia visual, es una sensación extraña.
Y para comenzar bien la jornada, después de repartir un panecillo de jamón cocido y queso cheddar trajeron el té (todo muy inglés). Pero entre el sueño que tenía, y la maldita niña de delante que no dejaba de moverse, me vacié medio vaso en el jersey de lana blanco (snif, snif). Vamos que no pudo haber una mancha más inglesa...
Afortunadamente desde Gatwick hay conexion directa con Oxford en autobús, así que después de preguntar a un señor bastante rosadito en información, me dirigí a la dársena 4 desde donde salía a las nueve y cuarto el autobús de la Oxford bus company. Y allí comenzó el ajetreado viaje por carretera que, rodeando Londres, acabó por atravesar el condado de Oxfordshire hasta la capital, Oxford.
18 junio 2006
¡Socorro!: Martes y 13
Digamos que todo comenzó un accidentado lunes 12 en el que un lío de vuelos casi me hace quedarme en casa compuesto y sin vuelo. Afortunadamente llegó el martes 13 más largo de mi vida que comenzó en Madrid bien temprano. Después de un ratazo de metro (línea cortada incluída) llegué a la flamante e interminable Terminal 4 del aeropuerto de Madrid/Barajas. Tras los controles oportunos (unos cuantos) para ir a EEUU, partió a eso de las 12 y media de la mañana el vuelo a Chicago O'Hare. El vuelo fue bastante tranquilo durante casi 9 horas. Por suerte conocí a un chico Español que iba para San Francisco, y entre charla y charla el viaje se hizo algo más corto.
Nada más despegar el avión que llevaba una cámara alojada en la parte superior del alerón de atrás, ocurrió algo que sólo puede pasar un martes y trece... un pájaro descompuesto volaba un poco más alto con tan mala suerte que después de descargar un torpedo mortal fue a colisonar con la webcam... para el que no me crea ahí va la prueba de ello.. (mancha oscura a la izquierda de la foto)... No duró mucho el regalito eso sí, porque al poco rato atravesamos una nube que a todos los efectos hizo de lavado automático y no quedó ni rastro...
Chicago parece una ciudad interesante y sobre todo enorme vista desde el avión. Lástima que sólo pude estar unas horas en el aeropuerto y no pude salir a echar un vistazo. Allí me encontré con el primer problema... ¿cómo demonios llamo a España?... el móvil no funcionaba porque no encontraba cobertura y después de intentarlo con más de 5 teléfonos públicos descubrí que no todos permiten llamadas internacionales. A la sexta fue la vencida y finalmente pude avisar de que había cruzado el charco sin incidencias. A eso de las 6 salía el vuelo para Albuquerque que tardaría otras tres horas más. Cogí el autobús que lleva directamente al campus de la universidad y allí tras dar unas vueltas encontré el alojamiento. La universidad es bastante peculiar: es un campus grande y los edificios tienen un estilo "mejicano" con paredes lisas de color anaranjado y bordes redondeados.
Asi que después de casi 2 horas de metro, 2 de espera en Barajas, casi 9 de vuelo, 3 de espera en Chicago, otras 3 de vuelo y una en Albuquerque (total ~ 20 h) me dí cuenta de que sólo eran las 10 de la noche y que si en semejante martes trece no tenté a la mala suerte, entonces ya estoy inmunizado de por vida... ;)
27 septiembre 2005
Flash - Argentina
Este verano he cruzado por primera vez el inmenso Atlántico, y pisado por primera vez la lejana América. Lo cierto es que ya en el aeropuerto estaba emocionado porque era el viaje más largo que había hecho hasta el momento. Nada menos que 12 horas de avión, sumadas a las 5 horas de diferencia horaria también me harían sufrir mi primer jet-lag en condiciones. Y claro está, otro de los atractivos era el cambio de estación, que luego nos costó alguna que otra tos... Por supuesto la emoción de Ale era bien diferente, porque volvía a su tierra y con su familia después de varios meses en España. Así que partimos a eso de las 4 de la tarde de Madrid Barajas rumbo a la ciudad de Buenos Aires, donde no terminaba todavía el viaje. El vuelo fue tranquilo aunque reconozco que a mitad de camino me sentí un tanto extraño sabiendo que no había ni un pedacito de tierra en muchos kilómetros a la redonda bajo de nuestros pies. Pero bueno, para mí el suelo del avión era más que suficiente. Nos pusieron dos películas horribles y a la noche llegamos al "nuevo mundo".
Llegamos a medianoche a Buenos Aires y tras la primera impresión del pleno invierno agostero, cola en la aduana y a la salida nos esperaba la familia de Ale. Rapidamente nos metimos en el coche y comenzamos el largo viaje de otras 7-8 horas hasta Punta Alta. Una lástima que estuviera medio nublado porque no pude contemplar en todo su esplendor el cielo del hemisferio sur... Sin embargo paramos en una gasolinera a poner "nafta" y cual fue mi sorpresa al ver una máquina expendedora de "agua caliente para llenar el termo para el mate".... no me lo podía creer pero existen tales máquinas para rellenar el termo de agua calentita. Pero es que en Argentina el mate es el mate...
Ya una vez por Punta Alta estuvimos un par de días sin salir mucho de casa porque estábamos medio engripados por el cambio de estación y quizás el aire acondicionado del avión... Una tarde salimos a ver la playa de Punta Alta a la que la gente del lugar acostumbra a ir en invierno, al horario de después de la comida, para tomar mate... y algunos incluso se llevan la caña y pescan. Me sorprendió que hubiera una colonia de Flamencos que habitan en la zona, tranquilos imagino, por el hecho de estar en una zona poco transitada por el hombre. Lástima que estuvieran también lejos para sacarles una buena foto...
Al volver de la playa pasamos por el centro de la ciudad, y paramos en una tienda de helados, donde me comí el helado más grande que nunca jamás hubiera imaginado sobre un cucurucho... Era un helado de más de 5 sigma sin ningún género de duda... Y cómo no, de chocolate y dulce de leche... un buen pelotazo, la verdad... Lástima que de semejante cosa no tengo foto, pero en la próxima visita será una de las cosas que no faltará...
También salimos en otra oportunidad a Bahía Blanca que está cerca de Punta Alta. Allí hay un sitio de comidas que está muy bien, que se llama el Restaurante Víctor. Ese día descubrí lo que es el 'Matambre arrollado' que es un cierto corte de la vaca relleno de varias cosas (aquí teneis la receta...), y la milanesa de pollo que se salía del plato por los lados. También hay una librería bastante grande en la zona.
Otro día fuimos a un poblado cercano, en la costa, que se llama Pehuen-Co. Es una villa balnearia donde algunas personas viven todo el año, pero la mayoría de las casas están normalmente desocupadas y se ocupan sobre todo en temporada de playa. De camino a este lugar, nos topamos con otros animalillos también desconocidos para mí. Se trata de ñandús (las avestruces americanas)... paramos un momento del coche para sacar una foto, pero estos animalillos no se fian mucho y en cuanto me vieron salieron corriendo como posesos (¡y cómo corren!). Os animo a que encontreis los pixeles en la foto donde aparecen estos bichos...
En Pehuen-Co hay casas de todos tipos... entre ellas hay una bastante curiosa, que se llama "La casa-barco" por razones obvias... Así que me saqué una foto a lo capitán Pescanova.
Pehuen-Co es un sitio que combina dos cosas que me gustaron mucho. Bosque y playa. El bosque estaba mojado porque había llovido ese día así que olía todo a verde y a húmedo, y la verdad es que era una sensación reconfortante. La playa era maravillosa. Inmensamente larga, de arena fina, me contaron que es posible entrar a más de 100 metros y todavía no cubre... Y lo que más me gustó es que no había apenas gente, así que me da que el sitio ideal para aquellos que aman el mar, para desconectar de todo por un buen rato...
Y hablando de relax, otra de mis aficiones que normalmente uso como desestresante (aunque por supuesto tiene otras innegables ventajas) es la cocina. Así que no me podía venir de Argentina sin alguna receta nueva. Aquí me podeis ver batallando con un pollo argentino, cuchillo en mano, que luego iria relleno de cosas variadas...
Ahh, y otra cosa de la que no pude averiguar la receta (secreto, secreto) es de los pastelitos con los que una de las tías de Alejandra me sorprendió una mañana...
Pero todo lo bueno se acaba, así que antes de que me quisiera dar cuenta ya estaba en un "colectivo" de vuelta a Buenos Aires... Allí ví algo que me llamó mucho la atención. La parada estaba cerca de un famoso hotel de cinco estrellas, un edificio enorme al que por lo visto acude gente con bastante dinero. Justo al cruzar la calle, una de las villas más pobres que he visto nunca... con chabolas, terreno sin asfaltar lleno de fango por la lluvia... y todo eso a 100 metros de la lujosa residencia. Lo cierto es que me impresionó el contraste y me parece que no debe ser algo poco común en Buenos Aires. Pero bueno, estas cosas suceden bien lejos de la playa de Pehuen-Co... Al final tomé mi avión y tuve la mala suerte de que me tocó un mostruito de 10 años en el asiento de atrás que no me dejó pegar ojo en todo el viaje... y también tuve la suerte de que una señora con más de 80 años que viajaba a mi lado me contara algunas cosas interesantes de Buenos Aires, incluso hasta la letra de algún tango... Y a la mañana siguiente, de nuevo en la vieja y conocida Europa, pero con un buen recuerdo de mi estancia en tierras argentinas, y para conmemorar dicho recuerdo, una caja de Fantochitos que me acompañará bastantes días... ñam ñam!
15 julio 2005
Pico Veleta 2005 (III) : El señor de la montaña
En realidad mi cámara no tiene apenas zoom así que realmente le saqué la foto desde bien cerca. A pesar de ser Aries, no caigo tan bien a las cabras montesas como para pedirles que posen a dos metros, si no fuera por el hecho de que lo que para mí es el cristal de la ventana, para ellas no es más que un espejo en el que ven un ser bastante parecido a ellos y que no parece muy amenazante. Parece ser que es común verlas rondando los días de fuerte viento, resguardandose a salvo junto a la extraña pared.
Es impresionante tenerlas ahí cerca durante un buen rato, totalmente en su salsa y poder observarlas y sacarles algunas fotos. A continuación voy a poner algunas de las que saqué...
Hola!!! ¿¿A que no imaginas quién hay detrás del espejo??
De cuepo entero.
Por un momento me sentí como un reportero del National Geographic. La última vez que tuve a uno de estos animalitos tan cerca, no fue tan placentero... si no que se lo pregunten a Boina que vio los cuernos del animal bien cerquita....
Ahora quedan 30 minutos para que comience mi tiempo de observación, y el viento sigue fastidiando. Veremos que se puede hacer...